La Alcarria Madrileña
La Comunidad de Madrid alberga una gran variedad de paisajes, parques y naturaleza verde para visitar y pasar una tarde de desconexión haciendo senderismo. Hoy nos trasladamos a la Comarca del Henares, concretamente al pueblo de Nuevo Baztán; fundado por Juan de Goyeneche -en torno al año 1710- quién construyó una fabrica de vidrio y utilizó la comarca como residencia de obreros. Desde Planes de Ocio Madrid hoy os descubrimos la Senda de Valmores. ¡Comenzamos el camino!
Juan de Goyeneche es considerado una de las personas más relevantes e innovadoras del reinado de Carlos III y Felipe V. Nacido en el Valle de Baztán de Navarra, lugar que da nombre al poblado. Tras el cese de su actividad industrial – en el siglo XVIII – el poblado quedó desierto y abandonado. En el siglo XX tuvieron lugar labores de restauración y, en el año 1941, fue declarado Monumento Histórico-Artístico el conjunto del poblado Nuevo Baztán. Además, están declarados bienes de Interés Cultural la Iglesia de San Javier y el Palacio de Goyeneche.
Al sureste de Madrid nos adentramos a descubrir la Alcarria madrileña, un entorno paisajístico único con un paisaje de páramos y alcarrias. Un terrero de acción erosiva debido al clima y a la mano humana. Una ruta de dificultad media debido a un fuerte desnivel, pero perfectamente practicable para ir acompañado de los pequeños de la casa.
¿Qué ruta vamos a hacer?
Una ruta circular de 5,6 kilómetros que forma parte de la red de Sendas de la Comunidad de Madrid. La Senda Valmores comienza en la intersección de los caminos que cruzan la M-204, poco antes de llegar a Nuevo Baztán. Además, esa intersección coincide con el inicio del camino del Boleo que conduce hasta el cementerio de la localidad. Desde ese punto, da comiendo un largo camino contemplando una pista forestal, mientras se atraviesa el páramo rodeado de cultivos, fincas privadas y encinas. Tras terminar esta primera fase, tiene lugar una cuesta que conduce hasta el fondo del valle.
Diversos senderistas y expertos recomiendan tomar el camino que conduce a la derecha en dirección al espeso pinar. En cambio, cada particular tiene la libertad de decidir su destino y travesía. La pista forestal continúa por un bosque de quejigares – robles y castaños –. Si decide seguir las recomendaciones, el sendero paralelo al arroyo cuenta con una naturaleza y fauna de encanto. Además, esta dirección da la oportunidad a sus visitantes de divisar las ruinas de Paredones de San Blas.
El sendero baja en dirección al arroyo De la Vega, desde donde se puede ver, con una mirada lejana a la ladera del valle, las ruinas de la ermita de Nuestra Señora Valmores. Una antigua ermita romántica de la que, con el pasar de los años, se conserva el pie. Además, debido a la espesura del bosque, no se pueden divisar de manera clara las ruinas de Los Paredones de San Blas. En cambio, si prestas un poco de atención y conoces su presencia ¡Es posible divisarlo!
Su nombre viene derivado por encontrarse en el cerro de San Blas, un antiguo edificio donde se peinaban los paños de lana o se realizaba el tinte de paños. De ahí la razón de sus altos muros, ya que para esta última labor se necesitaban grandes pilas a diferentes alturas.
A lo largo de todo el sendero, vuelve a estar presente la pista forestal en el fondo del valle del arroyo de la Vega y las ruinas de Batán de Valdeñigo, en la lejanía. En un pasado, los batanes y los molinos se encontraban en los cauces de los ríos y los arroyos, como una perfecta manera para aprovechar la fuerza centrífuga del agua para mover el mecanismo. Un aparato que golpeaba los paños de lana eliminando impurezas.
El camino de la pista forestal, paralelo al Arroyo de la Vega, se encuentra en buenas condiciones. En cambio, cabe destacar, que en momentos de lluvia, la presencia de charcos aumenta de manera exponencial. Por ello, tanto mayores como pequeños deben extremar la precaución al cruzar la carretera M-219. Una carretera con un gran tránsito de ciclistas y motoristas, por lo que además de la lluvia hay aumentar los cuidados con los viajeros.
Tras cruzar la carretera, la senda continua por los huertos y las ruinas históricas de la antigua fábrica de gamuzas al fondo del valle, que operó entre 1715 – 1722. Una fabrica que, tras el paso del tiempo, solo cuenta con la estructura perimetral del edificio, un rectángulo de piedra sobre piedra. Además, en ella se trabajaban y curtían las pieles con las que se fabricaban prendas y accesorios de los uniformes militares de la época.
En este punto del viaje comienza la subida de vuelta a Nuevo Baztán. Muchos visitantes deciden hacer la ruta en sentido contrario, y llegado este punto, bajar la cuesta en vez de subirla, ya que este lado tiene un nivel más empinado que en el contrario. Un tramo complicado para realizar con niños por el desnivel y el terreno irregular. Del mismo modo, si comienzas la ruta en un momento o época de lluvia, los factores de dificultad se van acumulando.
Por el contrario, esta subida tiene una recompensa de ensueño, ¡el Mirador El Balconcillo! Una pequeña estructura de bancos de piedra donde podrás descansar de la subida contemplando el fondo del arroyo de la Vega. Un sitio estupendo para hacer un tentempié con laderas, barrancos, paramos de cultivo y pueblo blanco de Olmeda de la Fuentes.
Para finalizar la ruta, desde el Mirador El Balconcillo se atraviesa
un sendero de cultivos y viveros de olivos hasta volver a enganchar la pista forestal para la vuelta a Nuevo Baztán.