San Agustín de Guadálix es nuestro punto de partida para hacer una pequeña ruta de unos 5 km ida y vuelta, que con su río y su gran cascada doble final hará las delicias de grandes y pequeños.
Para que os resulte fácil llegar, os recomendamos poner en Google Maps la dirección Polígono Industrial El Raso, que será donde aparquemos y el punto de inicio de nuestra ruta. En cualquier caso, por si vuestro GPS falla o sois de los que os gusta llevar todo bien atado, desde Madrid podéis tomar como punto de referencia la salida 36 de la A-1 dirección Burgos, que es la salida que tenéis que coger para desembocar en el polígono.
SORPRESAS POR EL CAMINO
Una vez aparcados andamos unos 600 metros, cruzamos un bello puente de madera y en seguida nos incorporamos al conocido como Camino de “El Brincadero".
Vamos caminando por el margen izquierdo del río Guadálix, dejándonos sorprender por sus bellas pozas y su exuberante vegetación, compuesta principalmente de sauces llorones y chopos.
Seguimos nuestro ruta por este afluente del Jarama escuchando el piar de las numerosas aves que habitan la zona y desviándonos de vez en cuando para disfrutar del río , donde descubrimos cangrejos de río, renacuajos etc.
En el camino encontramos además sorpresas, que nos recuerdan la historia de San Agustín de Guádalix (una pequeña presa, un antiguo molino de agua
en pleno cauce del río etc), que hacen referencia al Canal del Guádalix
que dirigía las aguas de este río hacia la presa del Azud del Mesto ( inaugurado a principios del reinado de Alfonso XIII) y el Sifón del Guadalix.
Ya a nuestra llegada a las pozas descubrimos más elementos del pasado de San Agustín ,
en el que se construyeron varias edificaciones de agua para la consecución del primitivo Canal de Isabel II, con la idea que el agua llegara a todos los madrileños. Justo al lado de las pozas podréis ver uno de los acueductos, construido en 1854, y que conservan el encanto de las construcciones viejas,
con sillares de piedra. En un principio tanto este acueducto, como el cercano fueron proyectados para servir de sifón. Al no poder materializarse el proyecto, se decidió convertirlos en acueductos para lo que fue necesario construir los arcos del segundo cuerpo.
Tras unos 40 minutos de caminata, llegó la recompensa. Pegadas a la pequeña edificación del Canal de Isabel II, encontramos las pequeñas escaleras de piedra que nos llevan hasta la Cascada del Hervidero, dos grandes saltos de agua formados
entre roca sedimentaria por el descenso de las aguas del rio Guadalix, desde la Sierra de la Morcuera
a más de dos mil metros de altitud. Ahora puedes hacer dos cosas: disfrutar de un picnic y un espectacular y fresquito baño en esta cascada selvática o continuar por la Senda del Mesto
(marcada en verde) y que
si la sigues en su totalidad te llevará hasta el Molar, donde puedes terminar el día entre viviendas y cuevas típicas de arquitectura serrana, con calles estrechas, casas bajas, corrales y hornos. No faltará donde comer buena carne de la zona.
En el camino hasta el molar encontraréis las cuevas inexploradas del Cerro de Valdeoliva y la famosa cueva conocida como La peña del Buitre , otro antiguo canal excabado en roca y su sifón de desague correspondiente.También alcanzaréis a ver la presa y otro de los acueductos de la vieja construcción del Canal de Isabel II, el Acueducto del Zegri.
Para los aficionados al ciclismo, tenéis que saber que desde el pueblo se ha acondicionado un camino asfaltado apto para bicicletas, separado de la carretera, que cuenta con fuentes de agua, y que también os conducirá a disfrutar de esta preciosa excursión.