El punto de partida

La ruta parte del término municipal de Pinto, desde el polígono Industrial Las Arenas, dónde podremos dejar el coche para iniciar el camino; una vía pecuaria que discurre en paralelo al Arroyo Sur, enmarcada por cereales; plantas, como el junco y la caña; y árboles como el olivo o el almendro.

En algunos puntos del camino, encontraréis incluso bellos girasoles, repletos de pipas, con la diversión que conlleva eso para los más peques.

A lo largo de esta ruta, que también resulta ideal para hacerse en bicicleta, podréis observar el búnker de los Yesares y la Cueva Cuniebles. Además,al ser zona de campeo de algunas aves asociadas a las estepas cerealistas, si tenéis suerte podréis ver alguna avutarda o aguilucho cenizo. De hecho, a lo largo del camino os acompañarán sonidos de disparos, porque el campo de tiro de la localidad está ubicado en esa zona.

Cuando llevéis aproximadamente 2km divisaréis en lo alto de la colina el búnker de los Yesares. A nosotros nos encantó. Ávidos de historia, nos lanzamos a su interior , perfectamente conservado, y nos asomamos por su alargada “ventana” , que ofrece un espectacular campo de visión; ya que, desde ella se divisa perfectamente toda la estepa.

Nosotros decidimos ir por la tarde, así que el paisaje y la noche alimentó la imaginación de los niños, que jugaron a imaginar cómo sería una acampadada en el búnker , con la única compañía de unas manta, las estrellas y una barbacoa.

Como de sueños vive el hombre y los papis no nos planteábamos noche a la intemperie, seguimos el camino.

Cueva de Cuniebles



A 2,7 km os encontraréis con la Cueva de Cuniebles, ubicada en unos resaltes yesíferos. Por los restos cerámicos encontrados en ella se sabe que ha tenido diferentes ocupaciones desde la edad del Bronce hasta la época medieval. Desde el punto de vista geológico, la cueva se localiza en la cuenca de Madrid, formada por depósitos continentales clásticos inmaduros, arcillas y carbonatos con sílex y sepiolita, yesos y margas yesíferas con niveles salinos.

Su estabilidad, además de por la rigidez del macizo yesífero donde se excavó, viene determinada porque cuenta con unos  pilares centrales de roca sin excavar que delimitaban las tres cavidades. Estos muros se han alterado y han ido perdido masa rocosa con el paso del tiempo, no siendo capaces de soportar el techo de la cueva y favoreciendo el desplome parcial del mismo.

Quién se anime a hacer esta ruta disfrutará también de unas impresionantes vistas. Desde los puntos más altos del camino podréis ver el cercano Cerro de los Ángeles, centro geográfico de la península Ibérica, y las famosas 4 torres de Plaza Castilla.

La verdad, es que lo único que le falta a la ruta son fuentes y sombras, así que no os olvidéis de echar la botella de agua fresquita en la mochila y de poneros la gorra.