En mi laboratorio
llevamos 35 años dedicados a investigar el funcionamiento de un tipo de células del sistema inmunitario llamados linfocitos T. Los linfocitos T son
esenciales para crear inmunidad contra infecciones
por virus, bacterias u hongos
y
son imprescindibles para el funcionamiento de las vacunas. Sin embargo, los linfocitos T también
son responsables de la mayoría de las enfermedades autoinmunes
como la diabetes de tipo 1, la esclerosis múltiple, la colitis ulcerosa , la enfermedad de BehÇet el vitíligo o la enfermedad de Crohn. En estas situaciones, los linfocitos T atacan a órganos y tejidos del propio cuerpo como si fueran extraños, como si fueran virus o bacterias
Gracias a estos años de investigación,
hemos desarrollado,AX-024, el primer inhibidor de las señales que envían los linfocitos T autoinmunes, sin afectar la respuesta natural del organismo contra las infecciones causadas por microbios patogénicos. Este inhibidor ha demostrado ya que no es tóxico en animales y vamos a pasar ahora a la fase clínica 1 , en la que realizaremos ensayos con voluntarios sanos, para medir únicamente su toxicidad en humanos. Si funciona,se pasará a una fase 2 en la que trataremos una enfermedad autoinmune fácil de analizar (la psoriasis), ya que, estos pacientes cuentan con lesiones en la piel, sobre las que podemos observar de forma sencilla si el tratamiento funciona. Después avanzaremos para intentar aplicarlo en otras patologías como el Crohn o la esclerosis múltiple.
Con la llegada de la pandemia del COVID, el CSIC decidió financiar proyectos que respondieran rápidamente a las necesidades de diagnóstico y terapia y de uno de esos proyectos nació el test serológico que hemos patentado.
Este test, que se basa en una técnica completamente diferente a otros test serológicos, permite medir la existencia de todos los tipos de inmunoglobulinas (IgG1, IgG2, IgG3, IgG4, IgM, IgA e IgE) contra una proteína del coronavirus a partir de una sola gota de sangre y con una fiabilidad del 99%.
Saber el tipo de inmunoglobulinas (anticuerpos) que se producen puede ser especialmente relevante para seguir la eficacia de las distintas vacunas.
También puede ser importante para establecer un
orden de vacunación,
no basado sólo en la edad o en profesiones de riesgo, sino también en la existencia previa de inmunidad al virus por haber pasado ya la enfermedad. Este grupo de personas que ya puede ser una fracción importante de la población española podría ser vacunada más tarde o ser vacunada con una única dosis, no necesitando la segunda dosis de refuerzo, que suele generar mayor reacción.