Os descubrimos Condemios de Arriba, un pueblo de poco más de 200 habitantes que mantiene una esencia mágica gracias a la ruta que pasa cerca del pueblo: La Ruta de las Estatuas
En Guadalajara hay lugares realmente bonitos para visitar. Entre ellos encontramos uno de los pueblos más conocidos por albergar obras de arte en plena naturaleza. Así, encontramos arte en pinares tapizados de un verde vivo, realizados por humanos y bellas esculturas talladas en madera. Bienvenidos a la Ruta de las Estatuas de Condemios de Arriba.
Para empezar la ruta debes ir hasta la localidad de Condemios de Arriba, donde , para evitar perderte te recomendamos, que una vez que pases y salgas de él hacia el oeste, tomes el segundo camino que saldrá de la carretera a tu izquierda. El primer camino que encontrarás a la izquierda es el que va al campamento, así que ese no, es el siguiente que lleva a la ruta, aunque no esté indicado.
Antes de nada, y si te decides a emprender tu camino hasta la ruta, es de vital importancia consultar el tiempo que va a hacer en la zona, ya que al ser una zona de sierra a veces refresca bastante. A modo de curiosidad: las esculturas no han sido creadas mágicamente ni nada por el estilo, son creación de un grupo de escultores de Guadalajara que se llaman Proyecto 3, y que decidieron utilizar la parte de los troncos que quedaba en tierra cuando se realizaban algunas talas para darles vidas a las figuras que tenían en sus cabezas, es por ello que os puede llamar la atención que la figuras parecen nacer del suelo, y es que, ¡así es!, aún mantienen las raíces en el suelo y son troncos reales de antiguos árboles de la zona.
La ruta comienza desde un pequeño parking improvisado en mitad del bosque, donde deberéis dejar vuestros coches e iniciar la ruta. Nada más bajaros de los vehículos, veréis la primera de las estatuas: el Indio. Desde esta escultura se empieza la ruta, y para seguir avanzando hay que tomar la pista que sale junto al indio e ir hacia el fondo para llegar al primer poste de madera. Al llegar al poste deberéis salir por vuestra izquierda por una zona donde ya no hay camino señalado, por lo que hay que caminar en la dirección que te indique la marca del poste. No te preocupes si te manda adentrarte en el bosque, esa es la ruta a seguir y no hay pérdida posible.
Según vayas avanzando a la segunda estatua, podrás admirar el paraje que os rodea: una pradera verde a vuestros pies, adornada con enormes pinos que harán que tu camino durante la ruta sea una experiencia inolvidable. Mientras vas admirando este paisaje, sin apenas darte cuenta, llegarás a la segunda escultura: la Pagoda. Pasando esta, si continuamos andando llegamos a la siguiente escultura,una de las que más suelen llamar la atención de los viandantes: Eva Desnuda, fácilmente reconocible por su imitación del cuerpo humano casi a la perfección. Aunque, por si cabe alguna duda os todas las esculturas talladas en madera tienen un rótulo en el que figura su nombre, para que podáis conocer y recibir una correcta presentación de cada escultura.
Cuando lleguéis a la anterior escultura deberéis girar a la izquierda, porque allí están Cara del Árbol y Guerrero Celtíbero, algo escondidas junto a un arroyo. Después de visitar estas dos, que son la excepción de la linealidad de la ruta, vuelve al camino a través del poste de madera que está cerca de Eva. A través de esa dirección subirás a una zona alta donde están el resto de las estatuas del recorrido y a unos 100 metros deberías ver un grupo de estatuas. Esta zona es el área final y se encuentran cuatro figuras: Pegaso, Abrazo, Cremallera y La Parca. Para cerrar la forma triangular que hemos realizado andando deberéis seguir en dirección noroeste hasta llegar a la pista que tomándola hacia la derecha os llevará a la zona de aparcamiento de vuestros coches.
Y si hay algo que recomendamos especialmente, porque es una experiencia añadida a la ruta en buscar un árbol grande que os de algo de sombra (seguro que lo encontráis rápido porque hay pinares de más de 10 metros) y hacer un picnic allí mismo. Puede ser antes, durante o después de realizar la ruta, pero es casi de obligado cumplimiento disfrutar de la naturaleza y su especial silencio en una zona como esta. Para los más acomodados, si lo preferís hay restaurantes cerca de la ruta y en el propio pueblo, que, aunque cuenta con una población censada de apenas unas 200 personas, goza de una belleza singular y acoge excepcionalmente a los turistas. Aprovechad a visitarlo.