Valencia es una ciudad que lo tiene todo. Más famosa por las estructuras futuristas de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, esta ciudad portuaria tiene mucho que ofrecer. Aquí tienes una lista con los lugares imprescindibles que puedes visitar en Valencia.



Ciudad de las artes y las Ciencias



Este complejo arquitectónico futurista es la portada de todas las guías de viaje de la ciudad. La Ciudad de las artes y las ciencias, diseñada por Santiago Calatrava y Félix Candela, está situada al final del viejo cauce del río junto al Jardín del Turia. Actualmente, el complejo está formado por siete espacios: L’hemisfèric, el Museo de las ciencias del Príncipe Felipe, el Umbracle, el Oceanogràfic, el Palacio de las artes Reina Sofía, el Puente de l'Assut de l'Or y el Àgora. Tanto si vas a pasear entre los impresionantes edificios, como si decides disfrutar de las salas de exposiciones o de una proyección en IMAX en una pantalla cóncava de 900 metros en el Hemisféric, la Ciudad de las artes y las ciencias es una visita obligatoria.

Además, aunque se encuentra un poco apartado de sus edificios hermanos, no puedes dejar de visitar el Oceanogràfic. Este acuario en forma de nenúfar que no necesita presentación es el más grande de Europa. Con espacios dedicados a los diferentes ambientes acuáticos del mundo y un impresionante delfinario, este acuario oceanográfico merece una mención especial. 



Lonja de la seda

La Lonja es otro de los edificios más famosos de la ciudad de Valencia. La primera piedra de este edificio fue colocada en 1492, el mismo año que Cristóbal Colón puso pie en  América.   La   prosperidad   de   la   ciudad,   venida   en   gran   parte   por   su   localización portuaria,   hizo   necesaria   la   construcción   de   esta   nueva   lonja,   que   es   hoy  uno  de   los edificios del gótico civil más famosos de Europa. De los tres espacios diferenciados que

componen la Lonja de la seda: el patio de naranjos, el Torreón y la sala de contratación; puede   que   este   último   sea   el   más   famoso   y   reconocible.   Sus   naves   de   altos   techos abovedados, sustentados por columnas con forma de espiral, hacen, que lo que un día fue un lugar de transacciones mercantiles, sea ahora uno de los monumentos principales de la ciudad. La Lonja de la Seda es otra parada obligatoria en tu ruta por Valencia.

Catedral y el santo grial

La catedral de Valencia tiene mucha historia. Construida sobre los restos de un antiguo templo romano  reconvertido en mezquita, la  catedral aúna  estilos  desde  el románicohasta   el   barroco.   El   interior   de   esta   catedral   es   la   unión   perfecta   entre   arquitectura, historia   y   arte.   Si   decides   visitar   este   edificio   del   siglo   XIII   puedes   esperar   frescos renacentistas,   vidrieras   góticas   y   hasta   lienzos   de   Maella   y   Goya   en   su   Museo Catedralicio.



Pero eso no es todo. La catedral de Valencia es también (desde el siglo XV) el lugar de exhibición   del   famoso   Santo   Cáliz,   una   reliquia   que   despierta   el   interés   de   muchos visitantes. Además, una de las mejores vistas de la ciudad de Valencia es la que puedes disfrutar   subiendo   los   207   escalones   del   campanario   o   Miguelete.   El   Miguelete   es accesible todos los días del año con la entrada a la catedral y sus vistas hacen que sea uno de los monumentos más visitados de la ciudad. 

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Mercados

Valencia es una ciudad muy conocida por sus mercados, pero en el Mercado Central de Valencia puedes encontrar mucho más que los productos de su casi millar de puestos. El mercado central es también uno de los más llamativos y originales de la ciudad, por lo que merece una mención como un monumento más de esta lista. Todo hierros y cristales, este edificio modernista de principios del siglo XX está situado en la plaza de la ciudad de Brujas.

Otro mercado que no puedes perderte en Valencia es el Mercado de Colón. También un edificio representativo del modernismo valenciano, en este bonito mercado puedes encontrar desde puestos de flores hasta restaurantes de renombre. El Mercado de Colón es el lugar perfecto para comer o tomar un café mientras admiras la arquitectura.