Vuelve el espectáculo de flamenco que agotó todas las entradas la pasada temporada. Con Manuel Liñán a la cabeza, este espectáculo es único en su clase. Durante la actuación Liñán y sus seis bailarines aparecen enfundados en trajes de flamencas, asumiendo roles femeninos sobre el escenario y abordando con pericia los distintos palos. En una disciplina como el Flamenco, en la que la separación por género es tan obvia, ¡Viva! es un grito a la vulnerabilidad. Ya en las obras anteriores de Liñán había pinceladas femeninas, que ahora entendemos eran el estudio y preparación para este salto al vacío, con el que reta los convencionalismos, y en consecuencia a los convencionales, que todavía abundan en el flamenco (y también fuera).