En los tiempos de Facebook, Pablo Gisbert y Tanya Beyeler, las dos personalidades de El Conde de Torrefiel, convierten el escenario en una plaza habitada por seres sin rostro. En los tiempos del selfie, El Conde, como dice Roberto Fratini, se dedica a «ofrecernos, exponiéndola, la sonrisa alelada de una humanidad que está sacándose el último de sus autorretratos». A punto de cumplir los diez años de trayectoria, La plaza es el sexto trabajo de esta compañía con sede en Barcelona (sin contar otra multitud de piezas que van del work in progress al videoarte, pasando por lo instalativo), que cada vez conquista más espacios a nivel internacional. De esa expansión nace también esta última obra, que toma el espacio público como paradigma reducido del mundo contemporáneo. Una obra diferente que no te puedes perder, el 28 y 29 de noviembre en la Sala Verde de Teatros del Canal.