La Estación de Atocha y su jardín botánico

La Estación de Atocha y su jardín botánico 


  • Cúpula del Milenio

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  • La Estación de Atocha alberga un precioso jardín botánico donde podrás olvidarte por un momento del trasiego de los pasajeros y los trenes.

    En pleno centro de Madrid encontramos un lugar de tránsito constante, donde, paradójicamente, es posible disfrutar de la naturaleza y de la calma. Para ello, solo hay que acercarse al jardín tropical ubicado en el interior de la Estación de Atocha, perteneciente al distrito de Arganzuela, en pleno corazón de Madrid. 

     

    Seguro que alguna vez ha visto la Estación de Atocha o ha estado en ella, pero ¿se ha fijado en su peculiaridad? Se trata de un viaje en el tiempo, donde los antiguos andenes han dejado paso a una naturaleza única.


    Tradición histórica 

    Su fachada esculpida en un estilo moderno, referente en el periodo de la industrialización del siglo XIX, está considerada una obra de arte de la arquitectura ferroviaria del mencionado estilo. Además, cuenta con un recuerdo e historia especial a raíz del fuerte atentado terrorista que sufrió el 11 de marzo de 2004. 

     

    La estación fue inaugurada en el año 1851 a comienzos del siglo XIX y es considerada uno de los lugares más castizos de la capital. Además, se constituye como la primera estación de trenes de Madrid. Tanto es así, que, en la actualidad, es la principal en trayectos nacionales de España, y la segunda en trayectos internacionales después de Barcelona-Sants. 

     

    Tres años después de su inauguración, en 1854, la estación sufrió un gran incendio quedando parcialmente destruida. En cambio, la terminal como la conocemos hoy en día guarda una cierta relación con su original. Entre los años 1985 y 1992 fue sometida a una gran remodelación, considerándose uno de los mayores centros de intercambio y transporte del mundo con el paso de los años. 

    Un Jardín botánico dentro de la estación 

    A día de hoy, tras la remodelación del espacio, el antiguo edificio de viajeros de Atocha está ocupado por un jardín tropical de estructura de hierro y cristal. Un jardín botánico de 4000 metros cuadrados e integrado por más de 7000 plantas de 400 especies diferentes, algunas de ellas procedentes de América, Asia y Australia. 

     


    El invernadero está dotado de un techo de cristal, por lo que la luz natural invade toda la estación de manera perfecta y facilita la fotosíntesis de las especies. Además, posee una temperatura entre los 22 y 24º C y una humedad ambiental entre el 60 y 70%. Factores que ayudan al buen cuidado y crecimiento de toda la vegetación existente. 

     

    Gran variedad de vegetación 

    Entre las especies que podemos encontrar destacan la palmera real de Cuba-Roystonea regia, Washingtonia, ave del paraíso, Strelitzia reginae, el árbol del viajero-Ravenala madagascariensis, Spathiphyllum, Anthurium y Monstera, entre muchas otras. 

     

    Pero, sobre todo, se puede observar una gran variedad botánica perteneciente a la familia de las Araceas, caracterizada por su inflorescencia en espádice (una espiga de eje carnoso) rodeada de una espata (una hoja modificada, que puede llegar a dar confusión con la flor). 

     

    Y como no podía ser de otra manera, gracias al clima y cultivación del invernadero, es posible observar una gran cantidad de plantas tropicales y subtropicales acuáticas que rodean y decoran tanto el estaque como la estación. 

    Un estanque con las “famosas” tortugas 

    La estructura que cubría los andenes de la estación facilitó su uso como invernadero con estanques. En uno de sus extremos, podemos encontrar un estanque donde los castaños de Malabar emergen de sus aguas, mientras que, el otro extremo, cuenta con unos seres muy peculiares, sus principales protagonistas, las tortugas más famosas de la capital. 


    Decenas de tortugas se pueden ver nadando o jugando en el agua con los peces dorados que viven en el estanque. Estas pequeñas actrices cautivan todas las miradas mientras nadan o reposan sobre las piedras del propio estanque. Todo esto supone uno de los mayores atractivos para turistas y viajeros; y tanto animales, como vegetación se encuentran protegidos por los cuidadores de la estación. 

    Mercado de San Miguel

    Lugar de descanso y gran ajetreo de viajeros 

    Esta peculiar naturaleza con la que cuenta la estación se completa con diferentes restaurantes y cafeterías repartidos por todos los rincones. Asimismo, todos los viajeros que lo deseen pueden sentarse y descansar bajo grandes palmeras y árboles tropicales, o hacer tiempo viendo el más famoso estanque de tortugas, mientras se espera la llegada del próximo tren. Pero, si no es de descansos, siempre puede acudir a una de sus cafeterías o restaurantes y tomarse un café o pedir algo de almuerzo. 


    El jardín interior de Atocha ocupa la antigua zona que albergaba los andenes y vías originales, ante de la expansión de la estación. Su construcción ayudó a realzar la terminal, cuando está se reinauguró para albergar el Tren de Alta Velocidad (AVE).   

     

    Actualmente, cuenta con gran cantidad y variedad de vegetación de gran altura, alcanzando algunas de ellas los altos techos de la cúpula. De las 7000 plantas, muchas de ellas son palmeras que se abren paso entre el ajetreo y la prisa de los pasajeros y trabajadores de parada. 

     

    El jardín cuenta con una apariencia parecida a un santuario botánico y de animales, en aquella parte no utilizada por el trasiego de los trenes. De esta forma se ofrece un toque naturalista y silvestre dentro de una parada de miles de desplazamientos diarios. Supone un punto de tranquilidad

     

    A través de diferentes caminos cualquier persona puede atravesar y recorrer el estanque que cubre los alrededores del jardín botánico. Además, cuenta con bancos para poder descansar o leer debajo de las palmeras. Después de esta pequeña presentación ¿te animas a pasar una tarde de descanso o visitar el jardín de la Estación de Atocha? 


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