¿Puede un accidente cambiar nuestras vidas? ¿Podemos usar un accidente para cambiar nuestras vidas? Son preguntas que trata de responder "El ciclista utópico" y que se ha hecho su director, Yayo Cáceres (Ron Lalá), a la hora de trasladar el texto a la escena. Una dramaturgia de Alberto de Casso ganadora del Premio de Literatura Dramática Fundación Teatro Calderón de Valladolid en 2014, que llega por primera vez a Madrid con temporada en el Teatro Galileo del 8 de abril al 2 de mayo.
Protagonizada por Fran Perea y Fernando Soto (La casa de papel, Netflix), dos actores con una amplia y reconocida trayectoria en teatro y televisión, y producida por el Teatro Calderón, Emilia Yagüe Producciones (El pintor de batallas, Comedia Multimedia) y Feelgood Teatro (Feelgood, La Estupidez). Esta obra se estrenaba en 2017 en el Teatro Calderón de Valladolid e hizo gira durante ese año. Retoma ahora su andadura con un nuevo impulso: el tour llega por fin a Madrid.
SINOPSIS:
Manuel (Fran Perea) es un maestro rural que vive feliz y apaciblemente con su mujer y sus tres hijas menores. Acebal (Fernando Soto) es un hombre rústico, cerril, reaccionario, exaltado y aparentemente ingenuo que diseña en su ilusoria cabeza una serie de máquinas delirantes, insensatas y utópicas que facilitan las relaciones humanas. El destino los une un día en que, cegado por el sol, Manuel atropella en un cruce al ciclista Acebal y destroza su bicicleta. El ciclista, muy apenado por este hecho, despierta la compasión de Manuel.
Este atropello hará que surja un vínculo fuerte, tenaz y sumamente destructivo entre ambos personajes. Acebal se infiltrará cada vez más en la vida familiar y laboral de Manuel hasta convertir su existencia en un tormento y al final hará que su presencia resulte tan sofocante como necesaria, y todo llegue a un punto de no retorno.
En palabras de su autor, Alberto de Casso, "El ciclista utópico nos habla de dos hombres profundamente antagónicos en sus costumbres ideales, vida social y familiar. Y de cómo el más débil trata de infiltrarse en la vida del otro vampirizándolo y usurpando su equilibrio".
Según su director, Yayo Cáceres, “humor duro y con el sarcasmo suficiente como para importunar”. “De Casso nos ofrece este texto en el que, una vez más, el teatro nos ayuda y nos sirve para escrutar la condición humana y el profundo e intrincado laberinto de las relaciones”, añade Cáceres.
“Manipulación, culpa, deseos ocultos, personajes oscuros y extremos, más otra cantidad de ingredientes asoman en este Ciclista utópico en el que dos personajes, el que provoca el accidente y el accidentado, se meten a la vez en un túnel en el que quizás ni siquiera se ve la luz de la salida”, explica.
En resumen, según su director: “Dos personajes, dos actores al servicio de la historia; y una historia humana y descarnada que no dejará indiferente al espectador…”